A pesar de que los datos económicos del sector han mejorado en los últimos años (lo que debería ser consecuencia de una mayor afluencia de los vehículos a los establecimientos de reparación), lo cierto es que esto no parece ser así.
Los datos sobre la siniestralidad en las carreteras han vuelto a repuntar y en la Dirección General de Tráfico (DGT) se han encendido todas las luces de alarma. Los meses de verano son claves para determinar si los esfuerzos por concienciar a los conductores tienen el efecto esperado. En el verano de 2018, los datos fueron muy negativos. Las estadísticas oficiales revelan que murieron 4 personas de media todos los días en accidentes de tráfico, un 15% más que en 2017. ¿Qué pasará este año con una previsión de 90 millones de desplazamientos?
La DGT parece decidida a reconducir la situación. El dispositivo de vigilancia en las carreteras se ha incrementado tanto en medios humanos como materiales. Las autoridades de Tráfico también han puesto el foco sobre la importancia del mantenimiento del vehículo, especialmente antes de realizar un desplazamiento largo.
La edad media del parque automovilístico en España es de las más altas de la Europa comunitaria. La DGT recuerda que alrededor de la mitad de los vehículos tiene más de 10 años y esto supone un riesgo añadido. De hecho, la Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto) estima que la edad media es de 12,3 años. Al margen del desgaste propio del paso del tiempo, los vehículos más antiguos carecen de medidas de seguridad que sí son habituales en los más nuevos.
Una percepción equivocada (y peligrosa)
A pesar de las advertencias, lo cierto es que varios estudios elaborados por encargo de diferentes actores del sector de la automoción señalan que solo alrededor del 30% de los conductores españoles que van a realizar un viaje largo con su vehículo en verano lo lleva antes a un taller mecánico para una puesta a punto. Las razones de este comportamiento son diversas. Expertos en seguridad vial aseguran que la principal es una percepción equivocada sobre el verdadero estado del coche. La tendencia generalizada es pensar que está mejor de lo que en realidad está.
Muchos conductores piensan que basta con revisar ellos mismos los niveles de líquidos y la presión de los neumáticos, por la (errónea) percepción de que el mantenimiento de los vehículos es un gasto y no una inversión en seguridad.
Por eso, es importante que el taller actúe como prescriptor de seguridad e ‘invite’ a los automovilistas a pasar por sus instalaciones para revisar sus vehículos, por ejemplo, en momentos previos a vacaciones, puentes festivos…
El taller como prescriptor de seguridad vial
En este sentido, contar con una buena base de datos de clientes es importante, con el objetivo de enviar (ya sea por correo eléctrónico, móvil…) ‘invitaciones’ a revisar su coche como parte de su preparación para sus vacaciones. Y se podemos acompañarlo de alguna promoción que sirva de ‘gancho’ aún mejor.
Y es que no sólo es importante para el negocio desde un punto de vista a corto plazo por el posible incremento de la facturación. También lo es como un elemento más de atención al cliente que ve en nosotros un ‘socio’ preocupado por su seguridad, generando un lazo de confianza que trabaja para su fidelización.