Hoy en día, con un mercado cada vez más competitivo, trabajar en la mejora del funcionamiento interno de cualquier empresa es fundamental para sus responsables, también para los gerentes de negocios de reparación. Y una forma eficaz de lograr este objetivo es implementar una (buena) cultura empresarial ¿Cómo lo conseguimos? ¿Podemos tener una buena cultura empresarial en el sector de los talleres? ¿Eso de la cultura empresarial es para otros sectores y/o empresas de mayor tamaño, o tiene más relación de lo que podemos pensar con los negocios de reparación de vehículos?
En resumen, una buena cultura empresarial es la que consigue un lugar de trabajo donde todos los miembros del equipo se sienten valorados y respetados. No es suficiente con ofrecer fiestas de Navidad (pandemia aparte), bonificaciones de fin de año o comidas u otros eventos en momentos puntuales.
Estos elementos son importantes (y funcionan), pero son no suficientes. Todo gerente de taller debe tener una visión, una pasión y valores… Y, al mismo tiempo, cada miembro del equipo debe estar a la altura de su trabajo y del compromiso del negocio con sus clientes.
Elementos básicos de una buena cultura empresarial
En este sentido, es vital tener, desarrollar y alentar una buena cultura empresarial si deseamos que nuestros empleados den lo mejor de sí mismos y tengan una visión que establezca estándares.
Facilitar la formación continua
Nuestro sector evoluciona a diario. Nadie puede decir que esté plenamente cualificado, sea cual sea su función, porque siempre hay algo que aprender. Todo gerente o responsable de taller debe hacer todo lo posible para que sus empleados continúen aprendiendo, ofrecerles todas las oportunidades que puedan para recibir capacitación y adquirir nuevas habilidades. Después de todo, es para tu propio beneficio.
Fomentar la autonomía
Crear condiciones que empoderen a los empleados ¿Y eso es fácil? Más de lo que puede parecer. Sólo pídeles que definan sus propios objetivos. Es más probable que se esfuercen por lograr las metas que se han fijado que las que se les han impuesto.
Cuando las personas son reconocidas por lo que hacen y comprenden el impacto de sus actividades, se sienten motivadas para hacer más y mejor. En un entorno con una cultura bien desarrollada, la motivación aumenta y progresa.
Saber escuchar
Tus empleados realizan sus tareas a diario. Son quienes están en primera línea, quienes están más cerca del cliente, quienes tienen más conocimiento sobre los procedimientos y lo que funciona y lo que no. Escucha sus opiniones. No siempre tendrás respuesta para todo. Adopta sus ideas y puntos de vista y permíteles alcanzar su máximo potencial. Esto no solo los hará sentir valorados, sino que también puede ahorrarte tiempo y dinero.
Gestión de los errores
Los errores ocurren, todos somos humanos. Por eso, cómo los manejamos es crucial ¿Quieres que tus empleados tengan miedo de aceptar los errores que cometen y que traten de ocultarlos? Los errores son una buena oportunidad para aprender en lugar de para criticar o culpar.
Si el equipo percibe que los errores no suponen un ‘drama’ cuando se cometen, esto les alentará a estar más comprometidos. Ten en cuenta que todos tienen su propia experiencia, sus fortalezas, debilidades…
Los beneficios de una buena cultura empresarial
A medida que se construye una buena cultura empresarial, las personas también se hacen responsables de los costes, es decir, comienzan a pensar en el conjunto y, de esta forma, los costes disminuyen. De este modo, una cultura que involucra profundamente a las personas es mucho más productiva y con mayor productividad, también aumentan las ventas y los resultados y, por tanto, la rentabilidad del negocio.
La mayoría de los clientes están en sintonía con la cultura de sus proveedores de servicios y notan cuándo las cosas están funcionando bien y cuándo no. Con una buena cultura empresarial, todos aprenden a relacionarse mejor, y si a tus clientes les gusta relacionarse con tu taller, no dudes que tu establecimiento será siempre su primera elección cuando su vehículo requiera de tus servicios.
Y es que una buena cultura empresarial mejora las relaciones entre personas, equipos… De la misma forma, mejora la comunicación entre todos, aumentando así la cooperación, mejorando, por lo tanto, el trabajo en equipo. Al trabajar en una empresa con una cultura corporativa bien desarrollada y estructurada, la satisfacción de los empleados es evidente en el día a día y va de la mano con el desempeño y el éxito.
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