Las pymes que no invirtieron en tecnología durante la pandemia han salido muy mal paradas. Aquellas que quedaron rezagadas en inversiones tecnológicas, como la digitalización son las que antes han entrado en declive según SMB Trends Report. ¿Por qué se está viendo este fenómeno? ¿Qué pueden hacer las pymes, como son los talleres de reparación de vehículos, con esta información?
Invertir en tecnología consolidada resulta clave para las pymes. Gracias a los ahorros a medio y largo plazo de haber invertido, podrán mantener su actividad. Por contra, aquellas que no sean capaces de obtener las ventajas que solo se logran invirtiendo en tecnología tendrán más posibilidades de caer.
Invertir en tecnología y más, en tiempos de crisis
Las pymes de cualquier sector, y más el de la reparación de vehículos, trabajan en un entorno en el que, salvo excepciones, la competencia es elevada. Cuando en un mercado algunas empresas invierten en tecnología para mejorar su productividad y otras no lo hacen, estas últimas pierden posiciones respecto a las primeras. Se quedan atrás, y con frecuencia son incapaces de recuperar la posición que tenían previamente.
Replegarse en un momento de crisis es una estrategia razonable y coherente. Paralizar las inversiones, dejar de contratar e incluso pensar en ‘salvar los muebles’ reduciendo el tamaño de la empresa. Pero esta es una estrategia que, paradójicamente, ofrece unos resultados pésimos a medio o largo plazo. De hecho, es la peor estrategia si el objetivo es seguir existiendo.
La pandemia ha generado un marco de aceleración digital sin precedentes. En cuestión de año y medio se estima que ha catapultado a algunos sectores a cifras de negocio que iban a tener en los próximos cinco años, según un estudio de Deloitte. Como ejemplo, se ha adelantado entre dos y tres años de la estrategia omnicanal del retail.
Todo esto ha reducido los tiempos característicos. Si hace una década una pyme que no invirtiese en tecnología disponía de un par de años de prórroga para tomar la decisión, en la actualidad esta ha de tomarse en cuestión de meses para no quedar fuera del mercado. Los tiempos se han acortado, y bastante.
Según la cuarta edición del informe ‘Small & Medium Business Trends Report’, de Salesforce Research, las pymes que más problemas están teniendo en la (aparente) fase de recuperación económica son precisamente aquellas que no invirtieron en tecnología durante la lo peor de la pandemia del COVID-19. Una decisión, por otro lado, coherente: los negocios tienden a protegerse de las perturbaciones.
La forma tradicional de protegerse ha sido la de no gastar y, por tanto, no invertir. Y era una fórmula que daba resultado porque, primero, casi todas optaban por ella, y segundo, luego había margen temporal para recuperarse. Ahora no se dan ninguno de los dos supuestos: cada vez más empresas innovan en las crisis, y con ello reducen el marco temporal de actuación del resto.
Actuar tan pronto como sea posible
Del informe de Salesforce así como otros informes previos apuntan a que no actuar pronto es mejor que actuar tarde. Al igual que ocurre con el cambio climático, es mejor evitar el peor escenario posible y quedarse con el segundo peor que no hacer nada.
Hace tiempo que se sabe que las pymes que invierten en robots facturan cinco veces más. Y se ha descubierto que las grandes empresas que ya han adoptado el 5G para trabajar han incrementado su productividad en un 10% desde el inicio de la COVID-19, según el informe ‘5G Business Readiness Report’ de Nokia.
Si invertir en tecnología aporta productividad, y esos incrementos aumentan la competitividad frente a la competencia, entonces la estrategia óptima de inversión es ser capaz de afrontar estos cambios tan pronto como sea posible a nivel comercial. Invertir no implica ser innovador o aumentar el riesgo. De hecho, según esta aproximación, el objetivo es reducirlo.
Es por ello que las pymes deben estar informadas sobre los avances tecnológicos a los que pueden optar (muchos no serán de aplicación en su sector) de modo que puedan posicionarse favorablemente e invertir en ellos una vez hayan sido lanzados al mercado.
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