Empieza a sonar repetitivo pero es cierto que la pandemia del COVID-19 ha venido a cambiar nuestras vidas y nuestros negocios como jamás podíamos haber imaginado. Así, a los desafíos que ya tenía el sector en particular y las empresas, en general, tanto a corto como a largo plazo, la pandemia también ha hecho mella en la actividad de los talleres de reparación, ya sean oficiales o multimarca…
En este sentido, y sea por haber estado sometidos a severas restricciones de movilidad o sea por miedo a posibles contagios, desde que comenzó la pandemia, el 63% de los automovilistas ha retrasado el paso por el taller para la puesta a punto de sus vehículos.
Es la principal conclusión de un reciente estudio elaborado por la Bumper —plataforma que permite a los conductores británicos fraccionar sus facturas de taller sin intereses eligiendo entre 3.000 establecimientos de reparación— realizado entre un total de 2.635 propietarios de vehículos para conocer en detalle de qué forma había afectado la pandemia a las decisiones sobre el mantenimiento de los automóviles.
Los temores de los conductores y otros retos
Según explican los autores del estudio, los clientes del taller no terminan de estar convencidos de tener garantizada su seguridad sanitaria cuando llevan sus coches a un establecimiento reparador.
En concreto, según el informe, los confinamientos y las restricciones de movilidad están causando que el 63% de los automovilistas retrasen trabajos de mantenimiento y reparación. Aún así, el 86% de los que conforman la demanda reprimida admite que visitarán el taller en cuanto se garantice una mayor libertad de movimiento y circulación.
Pero no sólo. La pandemia también ha afectado a los hábitos de los clientes en el taller. De acuerdo con el informe, los clientes ahora prefieren opciones más digitales para efectuar algunas acciones como el pago. De esta forma,
disminuyen el contacto físico y el riesgo de contagio. Por tanto, el nuevo consumidor exige, también a la posventa, un esfuerzo en materia de digitalización.
Así el estudio identificó que los clientes preferirían la opción de pago remoto, en lugar de pagar los servicios en persona. La mayoría (el 53%) dijo que preferiría pagar el trabajo de forma remota (smartphone, ordenador…) y más de la mitad (el 57%) aseguró que su preferencia había cambiado como resultado directo de la COVID-19.
¿Qué esperan de los talleres sus clientes?
“Nuestra investigación destaca una tendencia preocupante en la que la mayoría de los propietarios de automóviles admiten estar preocupados por llevar sus vehículos a talleres y concesionarios como resultado de las restricciones de la COVID-19”, señalan desde Bumper.
“Esto genera preocupaciones de seguridad y los trabajos de reparación se posponen. Los concesionarios y los talleres deben disipar los temores de los clientes asegurándoles que existen pautas seguras frente al COVID-19 con citas programadas, entregas sin contacto, saneamiento de los vehículos y distanciamiento social”, explican.
Más retos para la posventa
Además de los retos que ha traído la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, los talleres siguen teniendo, como hemos visto, otros ‘viejos’ retos ante sí como es el de la transformación digital de sus negocios, así como el parque de vehículos envejecido o la competencia, entre otros, como ya vimos en un estudio de la consultora McKinsey & Company.
Amenazas a las que podríamos sumar algunas más identificadas por Clepa, Asociación Europea de Proveedores de Automoción, en su estudio “Aftermarket 2030”, como la nueva regulación de la posventa europea para 2023, las tecnologías de seguridad de los vehículos o el teletrabajo y las compras online.
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