Los talleres de reparación cada vez están más comprometidos con el ahorro energético, ya que además de reducir la contaminación y mejorar el medioambiente, estas buenas prácticas repercuten en los gastos, disminuyendo los costes y mejorando la rentabilidad del negocio.
En este sentido, la Asociación de Empresarios de Automoción de Álava (Adeada), con el apoyo de Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Vitoria, ha elaborado un útil Manual/Guía que invita a analizar nuestros consumos y demandas energéticas, pues un análisis pormenorizado “nos llevará a conseguir la mayor efectividad con el menor esfuerzo económico”. De hecho, desde la entidad se han realizado estudios de optimización de la facturación que permite ahorrar entre el 25% y el 60% a sus asociados.
Según esta asociación, para ahorrar en la factura energética en los talleres es vital prestar atención a la contratación y optimización de los suministros y de las instalaciones, entre otros aspectos; lo que se traducirá en un incremento de la rentabilidad y una mejora de los efectos provocados por la actividad en el medioambiente.
Puntos de mejora energética
De este modo, el propietario del taller debe conocer sus instalaciones y la capacidad de las diferentes fuentes de energías que emplea. Por ello, Adeada aconseja realizar una revisión del local, de los elementos de trabajo y del sistema de producción, de forma que se puedan analizar los puntos de mejora, de pérdidas de energía, la funcionalidad de los receptores, el ahorro del estudio y si es nececesario renovar elementos.
Suministro eléctrico
Conocer la necesidad real y adecuar el suministro a la demanda es clave. Además, resulta imprescindible diferenciar entre la cuota por término de potencia, que engloba a su vez la potencia instalada, la demandada y la útil; y la referencia a energía.
El dueño o gerente del taller debe recibir asesoramiento sobre otros conceptos como complemento por energía reactiva, complemento por discriminación horaria, penalización por potencia, impuesto sobre la electricidad, alquiler equipo de medida y el IVA.
Suministro de gas
Para encontrar la solución a las necesidades reales del taller, es necesario analizar este concepto de forma similar al suministro eléctrico, teniendo en cuenta que la facturación se desglosa en término fijo, grupo tarifario e IVA.
En 1997 comenzó la liberalización de las tarifas energéticas de gas y electricidad, estableciendo un plan de entrada para todos los suministros. Un cambio que requiere recordar algunas consideraciones como que el contrato tendrá una duración de un año; a su finalización se puede a elegir nueva comercializadora y volver al mercado regulado; las incidencias son gestionadas por la comercializadora…
Suministro de agua
Un menor consumo de agua, nos aporta menor importe por este gasto, y, un ahorro energético necesario para su calentamiento. Por ello debemos tener en cuenta, entre otros aspectos: evitar toda fuga de agua (conducciones, goteos en grifos…); aislar adecuadamente; instalar grifos temporizadores, sistemas de bajo consumo y/o contadores de agua caliente para su seguimiento; moderar la presión de servicio, reduciendo su caudal; o empleo del Stop en el WC, entre otros.
Instalaciones
Para garantizar que el gasto energético del taller corresponde con el utilizado realmente, Adeada subraya la importancia de contar con instalaciones que estén correctamente y no tengan pérdidas, asegurar que la contratación se ajusta a nuestra demanda, que el equipo de medido registra de forma correcta y que los elementos receptores cumplen con las condiciones de contratación.
Ahorrar en el taller: distribución del consumo energético
Un mayor consumo de la energía, no es sinónimo de bienestar, de eficiencia en el trabajo, mayor producción, ni de mayores beneficios. Por ello, hay que prestar atención de las diferentes secciones que componen los servicios de los talleres: recepción, reparación entrega (y venta con exposición, si la hubiere) y así tendremos un consumo por alumbrado, maquinaria, calefacción, letreros luminosos…
Así, en este capítulo hay tener en cuenta la superficie, la altura de los lámparas sobre los lugares de trabajo y la situación para la captación de luz natural; el encendido de la calefacción y el aire acondicionado, o el uso de las máquinas, entre otros gastos. La asociación recomienda realizar un mantenimiento preventivo para controlar el correcto funcionamiento y la rentabilidad de los procesos.
Para ello, se recomienda cambiar los filtros para mantener las rejillas y conductos de aire limpios; verificar el buen funcionamiento de los termostatos; limpiar las ventanas para favorecer la entrada de luz natural, y limpiar las lámparas, elegir las adecuadas en función de cada necesidad y reemplazar las agotadas.
Todo estas acciones se traducirán en una reducción de las averías, una prolongación de la vida útil de los equipos, así como un ahorro en mantenimiento y en energía, que según Adeada, tras la implantación de un sistema de mantenimiento y control, está entre el 15% y el 30% del consumo de energía.
No obstante, la entidad recuerda para concluir que “para realizar una inversión, es necesario garantizar una amortización, mediante la optimización en las instalaciones, sustitución de equipos y componentes que nos deben llevar al ahorro de energía y por ende de facturación justificativa de la inversión”.