La incertidumbre ante la crisis del coronavirus hace difícil prever sus consecuencias en los diferentes sectores económicos. En lo que respecta a la posventa de automoción, la consultora Roland Berger ha realizado un informe que habla sobre las oportunidades del mercado del aftermarket independiente (IAM por sus siglas en inglés) y sus previsiones tras superar la pandemia del coronavirus.
A pesar de que el negocio IAM se enfrentará a problemas tanto en el lado de la oferta (por una posible dificultad del suministro) como en el de la demanda, según Roland Berger, el impacto de la crisis para la posventa independiente será menor que en el resto de la industria del automóvil.
La cadena de suministro se ve, según la consultora, mucho más expuesta en el lado OEM (se refieren al mercado de repuestos con el que los fabricantes proveen a las plantas de las marcas constructoras de vehículos), ya que son estructuras altamente integradas y por tanto muy expuestas a un posible ‘corte’ en algún eslabón.
No obstante, en el mercado IAM, aun sufriendo también parte de estos posibles problemas de suministro, una vez se supere la crisis sanitaria será más sencillo alcanzar la normalidad.
En relación a la demanda, tal y como explica el informe, la venta de coches se ve muy expuesta al consumidor, que tiende a posponer la compra de un vehículo en tiempos de recesión económica, siendo además muy dependiente —analizando el contexto a escala mundial— la industria del automóvil de lo que suceda en el mercado chino.
Sin embargo, y mirando al negocio IAM, Roland Berger considera que “debido a que las matriculaciones se pospondrán —igual que sucede en todas las crisis económicas— crecerá el volumen de reparaciones realizadas” tras la crisis del coronavirus en un parque de vehículos cada vez más antiguo.
Aumento de la demanda de operaciones de taller
De este modo, “el aumento del kilometraje medio (debido a la preferencia por el vehículo propio en lugar del transporte público como consecuencia del temor a un posible contagio) sumado a una edad del parque mayor dará como resultado un aumento de la demanda de mantenimiento y reparaciones”.
De este modo, siguen, “se espera que los proveedores de piezas de reparaciones críticas (transmisiones, motor, etc.) enfrenten un impacto menor que los proveedores de piezas de accesorios”. Al no comprar un nuevo vehículo, los usuarios llevarán a cabo reparaciones que en otras circunstancias podrían dar con esos coches en el desguace.
En cualquier caso, atendiendo a todos los factores que influyen en el funcionamiento del mercado —volumen en euros, la capacidad de gasto del consumidor y el estado de la estructura de la cadena de valor— el negocio de posventa IAM se verá reducido durante el periodo de caída (en el que nos encontramos) y de recuperación, teniendo que esperar al de ‘normalización’ para alcanzar como mucho el escenario ‘previrus’. No habrá, a juicio de la consultora, un ‘tsunami’ en ningún caso que genere un incremento ni de volumen de reparaciones ni de facturación…
Según Roland Berger, durante estos tres periodos, el parque permanecerá constante en volumen, incrementándose la proporción de vehículos más antiguos y por tanto, aseguran, “más relevantes para el IAM”, lo que podría incrementar la demanda una vez se recupere la normalidad —otra cosa es la rentabilidad de las operaciones realizadas—.
La preferencia por el transporte privado aumentará, pero las restricciones a la movilidad reducirán el posible impacto sobre el negocio por el momento. En relación a la disposición de los consumidores “para gastar”, la mayoría de las reparaciones “no críticas”, según Roland Berger, se evitarán o pospondrán y es posible que dejen de realizarse inversiones en productos no esenciales como actualizaciones, accesorios y ajustes sobre los vehículos.
Los tres escenarios ¿posibles?
En relación a lo que cabe esperar para 2020, e incluso 2021, Roland Berger predice tres posibles escenarios (V, U y L, denominados así por la forma que presentan las ‘curvas’ en cada caso). En todos, la posventa IAM “resiste” mejor la crisis que el resto de la industria del automóvil.
Pormenorizando en cada uno de los supuestos, Roland Berger elimina uno de los escenarios como posible. Se trata del escenario en ‘V’. Este modelo predecía un descenso drástico que, al tocar fondo, vendría sucedido de una recuperación igual de fulgurante: “Ya no es probable”, dicen. En este supuesto las ventas de vehículos se contraerían entre un 15% y un 20% en 2020, alcanzando la estabilización e incluso creciendo un 2% en 2021. La posventa caería hasta un 5% en 2020, estabilizándose o creciendo un 5% en 2021.
El modelo U prevé una severa caída, seguida de un valle antes de alcanzar de nuevo el incremento que devolvería al mercado a su estado inicial. Así, en este escenario, las matriculaciones caerían entre un 20% y un 25% en 2020, con un descenso menos acusado, de entre un 5% y un 10% en 2021. La posventa se contraería entre un 5% y un 10% en 2020, alcanzando la estabilidad o decreciendo un 5% en 2021.
El supuesto L prevé una prolongada depresión después de la caída producida durante los primeros meses de la crisis. Según este modelo, las ventas de vehículos caerían entre el 30% y el 38% en 2020, sumando a estos descensos otro más de entre el 20% y el 25% en 2021. La posventa caería entre un 10% y un 15% en 2020 y entre un 5% y un 10% en 2021. Sin duda este escenario, aún posible, es el menos deseable…